Cuando llegamos a Marte, vimos un montón de personas construyendo edificios, casas, negocios y muchos más cohetes trayendo mercadería, ladrillos y más gente.
Mientras caminaba miraba todo y de repente, como por arte de magia, caí en un cráter. Vi a un marciano y se hizo mi amigo y me mostró todo el lugar.
De lunes a viernes, íbamos a la escuela intergaláctica, los sábados jugábamos bowling intergaláctico y los domingos, veíamos televisión intergaláctica.
Tomas García Ponce
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